Demostración: Vista de lista

Más una cala que una playa, rodeada de acantilados y densos bosques, con arenas blancas y guijarros y aguas cristalinas, así es Fakistra, en la península de Pelión (Grecia continental), bajo el pueblo de Tsagarada.

Arena azucarada, palmeras, brisa, mar a 26-29 ºC todo el año y el color del enjuague bucal de menta... Bora Bora es un cliché de playa paradisíaca. Aunque nunca se llegue a ir, es una imagen para el banco de imágenes mentales: úsela para meditar. Matira es la única playa pública de la isla, un lugar donde mezclarse con los lugareños.

A tres horas en coche de Sídney, la playa de Greenfield se asienta junto a las tranquilas aguas de la bahía de Jervis y su cegadora arena blanca. Está a unos 500 m al norte de la más famosa playa de Hyams, por lo que las multitudes tienden a alejarse de ella, y enmarcada por un denso bosque de eucaliptos y un pequeño acantilado de arenisca.

Como si una playa así necesitara algo más, la arena rosada sube la apuesta en Source d'Argent, una recóndita cala de La Digue, la tercera isla más grande de las Seychelles (en un archipiélago de 115).

No es difícil encontrar una playa impresionante en Cerdeña, pero encontrar una que se adapte a familias con un presupuesto modesto es más complicado. Cala Gonone cumple todos los requisitos. Playas de arena y guijarros blancos, con tumbonas y sombrillas de alquiler, aguas tranquilas de color turquesa para nadar y bucear, un largo paseo marítimo bordeado de trattorias discretas... y nada de la ostentación que acompaña a la Costa Esmeralda, al norte.

En el extremo occidental del Algarve, el pueblo pesquero de Salema ha escapado de algún modo al desarrollo a gran escala que asola gran parte de la costa sur de Portugal. Los pescadores tienden sus redes en la playa de arena certificada con la Bandera Azul, y se pueden encontrar huellas de dinosaurios conservadas en las rocas calizas.

Incluso en verano, las playas de la escarpada península de Crozon permanecen relativamente tranquilas. En una bahía protegida, donde la península se encuentra con tierra firme, está la ciudad costera de Morgat, con su media luna de arena bordeada de pinos.

Menorca cuenta con algunas de las playas más familiares del Mediterráneo, pero suelen estar abarrotadas en julio y agosto. Para escapar de las multitudes, diríjase a Es Grau, en la tranquila costa noreste de la isla. Esta playa en forma de herradura es una popular excursión de un día para los residentes de la capital, Mahón, pero la ausencia de hoteles la ha mantenido agradablemente tranquila.

Las playas de arena superan en número a las de guijarros en Croacia, pero la isla de Lopud, sin coches y a 40 minutos en ferry de Dubrovnik, es la excepción. Los lugareños transportan a los visitantes en buggies de golf desde el puerto hasta la playa de Sunj, una franja de arena de 1 km que se adentra suavemente en aguas límpidas y poco profundas en la costa sur de la isla.

A un paso del puerto de Santander, en la costa norte de España, Comillas es una ciudad costera muy popular entre las familias españolas, pero muy olvidada por los turistas extranjeros.